El estáblishment
está organizando una nueva intentona destituyente en torno al revalúo fiscal
rural bonaerense y cuestiones similares en otras provincias que los argentinos
tenemos que parar en seco. Ante este nuevo intento desestabilizador del estáblishment para avasallar la soberanía popular, el campo
nacional tiene que cerrar filas.
La presión
desestabilizadora se está ejerciendo sobre los gobernadores de las provincias
de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires (al cordobés de la Sota, “esperanza
blanca” de los oligarcas, lo dejan tranquilo).
Pero el vértice de
la confrontación se da, como no podía ser de otro modo, en la provincia de
Buenos Aires, base de apoyo fundamental de la más rancia oligarquía argentina y
al mismo tiempo sede de la mayor concentración obrera del país.
El gobernador de
esa provincia, Daniel Scioli, enfrenta en estos días las amenazas de un sector
del ruralismo encabezado por el matón Hugo Biolcati, que con el pretexto de un
largamente demorado revalúo de la contribución fiscal territorial, pretende
desencadenar un nuevo lock out patronal con cortes de ruta incluidos.
El bloque
oligárquico y el estáblishment se enancan en un reclamo sectorial de pequeños y
mediados productores rurales para librar batalla política contra la posibilidad
misma de que el gobierno elegido masivamente por los bonaerenses pueda…
gobernar.
Lanzaron un apriete
sobre los legisladores que tuvo particular efecto sobre los pertenecientes a la
Unión Cívica Radical y al FAP, y dejó sin quórum al oficialismo para tratar en
Cámara la norma fiscal. Hasta ahora no hemos escuchado un solo comentario
crítico de la pandilla de “periodistas independientes” que se arruina las
cuerdas vocales gritando contra este recurso… cuando lo usa el oficialismo.
Ahora, los matones
golpistas cuestionan el derecho democrático del gobernador a imponer por
decreto aquello que la oposición legislativa, pese a haber estado de acuerdo
originalmente, le niega ahora. El carácter clasista del reclamo se percibe,
además, en que cuando por la misma vía se revaluaron los inmuebles urbanos esta
atribución no le fue cuestionada.
“La Nación” tituló
el 28 de mayo que hay una “Amenaza del campo a Scioli si sube impuestos por
decreto”. En el programa de Nelson Castro, un dirigente de la Federación
Agraria Argentina expuso con toda claridad el objetivo político y
desestabilizador de la movida cuando dijo que se oponen a que por la vía de
este revalúo se incremente lo recaudado por el Impuesto a los Bienes Personales
ya que "no quieren aumentar la caja de la Reina Cristina".
Mientras tanto,
pequeños grupos de especuladores y el aparato entero de los medios
antiargentinos tratan de generar una corrida hacia el dólar, pretenden cubrir
de autoridad moral a los traficantes piráticos de divisas y proclaman la
necesidad de una urgente megadevaluación que termine de beneficiar, ante todo,
a los sectores agrarios. “El campo presiona el alza del dólar para aumentar su
renta en pesos”, titula en tapa el diario Buenos Aires Económico del 29 de
mayo, y su página web denuncia que “retiene u$s 8100 M en soja y especula con
una devaluación del peso”.
Estamos, otra vez,
ante una intentona destituyente: hoy, a través de la presión devaluatoria, que
en el caso de la oligarquía se nutre de las ingentes ganancias que el mismo
gobierno que desean derrocar les permitió acumular en los últimos años.
En esta situación,
no interesa si el revalúo inmobiliario rinde un centavo más a las arcas de la
provincia, o si no rinde nada.
De lo que se trata
es de si la voluntad soberana del pueblo argentino que consagró en las urnas a
los gobernantes actuales para profundizar un proceso de mayor justicia y
equidad será respetada. La alternativa es que sea destituida como fuente
legítima de poder y ocupen su lugar las corporaciones económicas y mediáticas
para imponer su programa desindustrializador, recesivo e inequitativo.
Hay que poner en
caja, de una vez y para siempre, a estos eternos conspiradores. De la firmeza
con que Daniel Scioli, Gabriel Mariotto y el conjunto de los representantes
populares consagrados el 23 de octubre del 2011 enfrenten a la patota de la
Sociedad Rural Argentina apoyada por sus voceros mediáticos depende la
gobernabilidad del país.
La solución
definitiva a este tipo de aprietes está en la creación de una Empresa Nacional
de Producción Agropecuaria y en la nacionalización del comercio exterior. Hasta
que se tomen estas medidas, es urgente que los diversos componentes del
movimiento nacional y popular perciban que los enemigos están afuera, se desembaracen
de sus agentes internos, y consoliden sobre la movilización de masas un poder
incontrastable.
El enemigo de la patria ataca de nuevo para que los trabajadores y el pueblo sigamos sosteniendo la renta usuraria que considera su derecho divino.
Están en juego el futuro de la Argentina y los avances obtenidos
desde la asunción del mando por Néstor Carlos Kirchner.
Hay que enfrentar la usura de una clase dispuesta a todo
para conservar sus privilegios con un Frente Nacional en marcha.
MESA NACIONAL
Néstor Gorojovsky, Secretario
General
Bailón Jerez, Juan María
Escobar, Rubén Rosmarino, Hugo Santos, Gustavo Battistoni, Pablo López, Silvio
Zuzulich, Edgardo Sánchez, Jacinto Paz, Lorena Vazquez
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